Hoy la balanza marca 69.6 kg, 400 gramos menos que ayer y 13.6 kg mas que dos años atrás.
Si me comparo con la persona que era pesando 56 kilos, creo que no hay mucha diferencia, podria decir que me sentía mejor (quizás, no lo sé). Lo que si puedo decir es que era totalmente distinta, una chica retraída, que salía y no tomaba una gota de alcohol por miedo a engordar, tímida, quien no permitía que nadie del sexo opuesto se acerque (a menos que sea Andres).
A veces, me gustaría volver a ser esa chica, no sólo por los kilos, sino porque tenía dignidad.
Mi meta de hoy es bajar de peso, pero ademas tratar de recuperar la dignidad perdida. Valorarme, no dejar que me usen, no llamar a quien se fue, a quien decidió salir de mi vida, a quien decidió seguir con su vida.
Al fin y al cabo, uno misma decide que hacer y con quien, si comer o no comer, si tener un atracon o no tenerlo, si retener esa comida o vomitarla.
Somos nosotros quien decidimos acerca de lo que queremos, a veces las circunstancias ayudan y otras no tanto.
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